jueves, 29 de mayo de 2014

Y CÓMO NO VAN A HACER LA PAZ…


Y cómo no van a hacer la paz…

Luis Fernando Pinillos Gómez
Jueves 29 de mayo de 2014

La guerrilla de las FARC tiene la posibilidad de hacer la paz en el proceso de la Habana, y aunque no es la primera vez que la sociedad colombiana le tiende generosamente la mano, esta vez creo que ciertamente hay una real voluntad de la dirigencia de este grupo narcoterrorista para firmar la paz, pero ¿Qué ha cambiado en la mente de estos bandidos? ¿Cuál es la paz que firmarían? Veamos las razones que dan respuesta a estas preguntas.
La primera razón es que desde el año 1999, la fuerza pública colombiana ha venido dando golpes contundentes a este grupo narcoterrorista. En el año 1996 el Consejo de Estado de Estados Unidos señalaba que la guerrilla tomaría el poder en el año 2000, y es que en medio del escándalo del proceso 8.000 cuando las guerrillas colombianas sacaron la mayor ventaja militar. Datan del gobierno del señor Samper, las grandes tomas guerrilleras y los secuestros masivos de políticos, policías y militares. El 1998, con la llegada al poder de Andrés Pastrana, el poder militar de las FARC comenzó a disminuir con una mejor estructuración de la fuerza pública y la llegada de los recursos del Plan Colombia, pero por otro lado, la zona de despeje para los diálogos de paz en El Caguan, le permitió a este grupo narcoterrorista cuidar su retaguardia en las incursiones militares en contra de la sociedad civil y usar el territorio como plataforma de negocios ilegales particularmente el narcotráfico. A la vez que la zona de despeje era usada con fines criminales y no para los diálogos de paz, el proceso de paz del presidente Pastrana le permitió a la guerrilla colombiana proyectarse políticamente a nivel mundial. Quizás por causa de este despliegue político y la complicidad de muchos medios de comunicación de orientación izquierdista, el pueblo colombiano no notó las grandes victorias militares del gobierno Pastrana contra las FARC y el ELN, ni muchos otros logros del gobierno, y por el contrario, tiraron la opinión pública en contra del gobierno Pastrana para debilitarlo en las negociaciones. La consecuencia sin embargo no fue la que la prensa de inclinación izquierdista pretendía, pues si bien consiguieron que la imagen del presidente Pastrana quedara por el suelo, los efectos frente a la guerrilla fueron los contrarios. Para finales del gobierno Pastrana en 2002, la fuerza pública había logrado debilitar militarmente a los llamados paramilitares (que no tenían zona de refugio en el Caguan), habían logrado arrinconar en las profundidades de las selvas a la guerrilla, se contaba con la financiación obtenida del plan Colombia para combatirlos, se había logrado una declaración de grupos terroristas a las FARC y el ELN en Europa y Estados Unidos, la sociedad colombiana se movilizaba en marchas multitudinarias gritando “no más FARC”, y sobre todo, habían puesto en el poder a un abierto enemigo del proceso de paz, el señor ÁLVARO URIBE VELEZ, el cual prometía una derrota militar a esos grupos narcoterroristas. El periodo de gobierno de Uribe se proyectó por 8 años, periodo en el cual la guerrilla fue arrinconada militar, política y económicamente. El periodo de gobierno del presidente Santos entre el 2010 y el 2014 ha recogido los frutos de los 8 años de seguridad democrática del presidente Uribe, y los 4 del plan Colombia del presidente Pastrana. De hecho, este gobierno ha logrado grandes victorias militares como el dar de baja a Cano y a Jojoy, números 1 y 2 de las FARC. Lo anterior indica que esta guerrilla narcoterrorista está condenada a su desaparición como grupo armado en transcurso de la próxima década si se continúan las políticas del gobierno Uribe.
La segunda razón en este contexto, es que en los últimos años la guerrilla de las FARC ha logrado amasar una gran fortuna, producto de negocios ilegales, particularmente el narcotráfico. Hoy en día, esta guerrilla es el mayor productor y traficante de drogas ilícitas del mundo, y sus ganancias derivadas de este negocio se estiman en más de 1.500 millones de dólares al año. Además de esto, el desplazamiento forzado en el campo (alrededor de 5 millones de desplazados) ha cooptado una gran cantidad de tierras de producción agrícola y ganadera, y las ganancias derivadas de la minería ilegal y de la captación de tierras se calculan en más de 1.000 millones de dólares adicionales. Lo anterior podría llevar a pensar que este nuevo poder económico permitiría un mejor posicionamiento militar de la guerrilla, pero el destino de este dinero tiene un camino diferente de acuerdo a la tercera razón que expongo.
La tercera razón por la cual la guerrilla de las FARC firmarían la paz es que sus líderes políticos y militares, tapados de narco dólares, lo que quieren es disfrutar las mieles del gran capitalismo que han combatido por décadas. ¿de qué sirve tener tanto dinero sino lo pueden usar en la profundidad de las selvas? Y es que estos cabecillas de las FARC sobrepasan todos los 50 años de edad, una edad avanzada para liderar militarmente la organización narco terrorista, pero si una edad para disfrutar el reconocimiento de la sociedad como líderes políticos del poder legislativo y ejecutivo, a la vez que disfrutan sus enormes fortunas económicas. El nuevo estilo de vida de estos criminales, pasando de las profundidades de la selva, a la vida civil pero en el anonimato en algunos países vecinos que los refugian, y ahora la promesa de una vida como multimillonarios donde pasen de estar entre los grandes criminales de la humanidad a posar de reconocimiento social por la lucha de los menos favorecidos, es lo que logra este sorprendente cambio de pensamiento que aboca porque ahora si quieran firmar la paz.
De lo anterior, queda claro cuál es la paz que firmarían: un acuerdo de paz que les garantice su seguridad personal, lejos de los temores de caer en combate en la profundidad de la selva; un acuerdo de paz donde no paguen ni un día de cárcel por los crímenes cometidos en 5 décadas de terrorismo y narco tráfico en contra de la humanidad y particularmente del pobre pueblo colombiano; un acuerdo de paz donde la guerrilla no se vea obligada a entregar sus enormes fortunas a los millones de víctimas que han generado en su lucha asesina contra el estado colombiano; una paz donde las grandes fortunas amasadas en los últimos años no sea tocada y por el contrario, terminen legalizándose en paraísos fiscales del mundo y de la misma Colombia; una paz que les garantice que van a tener puestos públicos en el poder legislativo y quizás en el mismo poder ejecutivo; una paz que les permita conservar abierta o clandestinamente un grupo armado ilegal, que continúe su lucha por el poder absoluto y la instauración de un estado comunista; una paz que le permita como actores políticos de la vida nacional, imponer o contribuir al menos, a lo que su lucha violenta no logró.
Y ¿cuál debe ser nuestra postura? Para quienes hemos defendido los valores democráticos de la sociedad, la negociación de paz debe pasar por algunos aspectos: 1) la guerrilla debe quedar obligada a principios de justicia, verdad y reparación, es decir, la guerrilla debe quedar obligada a someterse a investigación, juicio y sentencia por los crímenes realizados en todas estas décadas, debe quedar obligada a pagar económicamente y pidiendo perdón, a las víctimas, y con cárcel ante el estado colombiano por todos esos crímenes cometidos, y debe quedar obligada a contar la verdad de sus actuaciones criminales que tanto dolor han traído al pueblo colombiano: debe contar donde tiene sembradas todas las minas antipersonales, donde tiene enterrados todos los secuestrados asesinados, y cuáles son sus vínculos ideológicos y de formas de lucha con sindicatos, periodistas, y políticos 2) los cabecillas guerrilleros condenados a crímenes de lesa humanidad no deben nunca tener cargos públicos, ni por nombramiento, ni por concurso, ni de elección popular y 3) la guerrilla debe entregar todas las armas y desmovilizar toda su organización criminal.
En la actualidad, la elecciones presidenciales entre los candidatos Juan Manuel Santos y Oscar Iván Zuluaga plantean estos retos respecto a la paz. Por un lado, el candidato-presidente Juan Manuel Santos promueve la firma de la paz a cambio de adjudicar a la justicia, y promover la participación de los dirigentes de las FARC en el Congreso de la República. Por el otro lado, el candidato Oscar Iván Zuluaga plantea que si a la paz, pero sin permitirle a los narcoterroristas su participación en política y sin adjudicar a la justicia.
De mi parte, creo que conocidos los verdaderos intereses que motivan a los narco-guerrilleros a firmar la paz, es a la guerrilla a la que más le conviene firmar, incluso aceptando que 1) deban ir a la cárcel aunque sea por pocos años, contando la verdad de su vida criminal y los vínculos con políticos, periodistas, sindicatos, etc. y pidiendo perdón a los millones de víctimas 2) renunciar a participar en cargos públicos, al menos aquellos de elección popular y 3) a entregar las armas y desmontar su organización criminal incluyendo los negocios ilícitos como el narcotráfico, el secuestro, las tierras cooptadas ilegalmente, y la minería ilegal entre otros. A cambio, la sociedad colombiana les rebaja las penas, les garantiza su seguridad, y les permite disfrutar la inmensa fortuna cuando terminen de indemnizar a sus víctimas y al estado colombiano. Es decir, creo que la postura del candidato Oscar Iván Zuluaga no es como lo pintan desde la campaña de Juan Manuel Santos, una imposición de condiciones que acabarían con el proceso, sino por el contrario, una postura que posiciona mejor al estado colombiano en la mesa de negociaciones para firmar una paz que no sea insultante para el pueblo colombiano.
Por lo menos, así lo veo yo.

miércoles, 28 de mayo de 2014

LEYENDO LAS NOTICIAS


Leyendo las noticias

 Luis Fernando Pinillos Gómez
Miércoles 14 de mayo de 2014
 
Uno de los grandes cuestionamientos que me surgen al momento de formar una opinión sobre algún aspecto de la realidad mundial, es ¿Cuál es la validez de las fuentes de información? Generalmente, los medios de comunicación se presumen fuentes válidas por cuanto se les infiere cero subjetividad. Por un lado, el informar unos hechos no tiene connotación de subjetividad, y por otro, el no escuchar opiniones personales reafirma este compromiso ético del periodismo.
Sin embargo, lo anterior esconde varias falacias. La realidad que se nos muestra en una noticia es más que la realidad contada, porque la realidad no contada puede ser más relevante, o simplemente, porque la realidad contada de cierta forma induce una orientación del pensamiento. En otras ocasiones, ni siquiera se alude a hechos reales para establecer estas “verdades noticiosas” lo cual hace más cuestionable la labor del periodismo, claro está, si alguien lo descubre.
Mi primera advertencia de esta situación de los medios de comunicación es la que deviene de los medios de comunicación internacional cuando tienen que cubrir una noticia en relación con Israel. La mayoría de estos medios vinculados a causas judeofóbicas, no se guardan reserva en engañar a la opinión pública mundial. Este derroche descarado de hipocresía busca mostrar al estado de Israel como una nación que busca el exterminio de los palestinos. Se trata de los mismos medios de comunicación que promueven la negación del holocausto, y que le dan vitrina a todo lo que represente una causa contra la religión judía, el pueblo hebreo o el estado de Israel.
En esta oportunidad sin embargo, me centraré en el caso de Colombia. Para este ejercicio, tomaré como ejemplo el caso del supuesto hacker de la campaña del candidato a la presidencia Oscar Iván Zuluaga y lo relacionado con el caso de JJ Rendón y los 12 millones de dólares de los Comba.
En la cronología de los hechos está que el escándalo de la campaña Santos inicio primero con las revelaciones del periodista Daniel Coronel, persona completamente alejada de la campaña de Oscar Iván Zuluaga, por razones ideológicas que todos conocen. Se denunció en el artículo de Coronel que 12 millones de dólares fueron entregados por narcotraficantes a los asesores y amigos personales del presidente Santos para efectos de una entrega a las autoridades, cosa que finalmente no se hizo. El escándalo continuó cuando los asesores se acusaron mutuamente de apropiarse el dinero de los narcos, y entre tanto, los medios registraban medio atónitos el espectáculo con algunas voces tímidas desde la campaña de Zuluaga que pedían que el presidente Santos explicara a la opinión pública lo que estaba pasando. Pero lo cierto es que esto no trascendió. El gran escándalo estaba por darse y esta vez por la acción del Fiscal General de la Nación. Se informó que la Fiscalía había realizado un operativo, que había capturado un hacker, que tenía en su poder los equipos usados por el hacker, que tenían las pruebas de como el hacker había chuzado los correos electrónicos de los negociadores de la Habana por parte de las Farc, de dos periodistas cubanos y hasta del presidente Santos. Se señaló que el hacker era un experto con alta formación en informática, y que la información que capturaba ilegalmente con sus labores de espionaje era vendida al mejor postor en el mercado negro. Se sindicó públicamente al hacker de estar obstruyendo las negociaciones de la Habana porque trabajaba del lado de los enemigos de la paz, pero lo que más señaló el Fiscal fue que dicho hacker trabajaba en la campaña del candidato Oscar Iván Zuluaga.
Y dicho esto, el escándalo de los 12 millones de dólares pasó a segundo plano. Los pocos que se referían a esto simplemente señalaban que eso era publicidad negra de la campaña de Oscar Iván Zuluaga. Tan poco pareció importar el asunto de los 12 millones de dólares a los medios, que prácticamente nadie notó como los dos asesores del presidente pasaron de acusarse mutuamente a presentarse ante los medios como dos grandes amigos que se habían hecho víctimas de la campaña de Zuluaga. La noticia se centró en las explicaciones que pudiera dar el candidato del Centro Democrático acerca de su relación con el Hacker y con la información supuestamente filtrada para dañar el proceso de paz. Inició uno de los espectáculos de bullying mediático vistos por los colombianos por cuenta de los noticieros de televisión, las cadenas radiales, los columnistas de opinión, y la prensa escrita. Con tanta presión de los periodistas afectos a Santos, el candidato Zuluaga comete imprecisiones al decir que el hacker trabaja para ellos en asuntos de redes sociales y seguridad informática, pero que no lo conocían cuando lo cierto era que sí, y luego, por presión de los periodistas de la W, el expresidente Álvaro Uribe expone situaciones de los 12 millones de dólares que rápidamente los medios tergiversaron para presentar a Uribe como mentiroso. Entre tanto, el Fiscal general de la nación daba más leña al fuego y aparece el video del hacker hablando con Zuluaga.
Al ver el video, este parece resultar concluyente. El candidato Zuluaga si se reunió con el supuesto hacker y recibió de él información de inteligencia militar que se entiende reservada. El video divulgado por la revista Semana, expresa todo el tiempo que está en formato original, y hace la transcripción de la conversación en la reunión, mientras que pone al frente del video el logo de “Semana” en transparencia. El bullying es tan grande, que la campaña de Zuluaga baja la guardia y entra en un proceso de casi derrota. Unas pocas voces desesperadas gritaban que el video era un montaje y que la campaña de Zuluaga había sido infiltrada, cosa que por demás ameritaba un escándalo mayor, pero las palabras de estos pobres hombres se perdía en medio del bullying mediático.  
Finalmente llegaron las elecciones y comenzaron a llegar los informes de autenticidad del video de Semana. Oh sorpresa! El video era todo un montaje. Oh fortuna! La campaña de Oscar Iván Zuluaga si había sido infiltrada. Oh suerte! El Fiscal y los medios tendrían que comerse toda la guerra sucia y seguro esto tendría algún rédito electoral. Pero no. La voz del Fiscal se anticipó lo suficiente para negar la autenticidad de los informes por lo menos hasta que transcurrieran las elecciones, y los medios ignorarían la voz del candidato Zuluaga. Incluso, hasta el comercial explicando con pruebas técnicas que el video fue un montaje, también se lo sacaron del aire.
Ya han pasado dos días desde las elecciones, y Zuluaga sacó el 30% de la votación. Los resultados lo dieron como el ganador. La cantidad de estudios acerca del video muestran que el video fue un montaje, que la campaña de Zuluaga ciertamente fue infiltrada, y si se examina con detalle, ni siquiera los cargos y las pruebas que se advierten tener en contra del hacker resultan ser serias, pero ahora no hay rectificación. Los medios ahora decidieron ignorar estas cosas, aplicarle la campana neumática.
En esta situación la pregunta es ¿cómo leemos las noticias? ¿Cómo podríamos saber si la noticia es real o no lo es? ¿Cómo podemos saber si detrás de la noticia se tiene otras intenciones como el torcer la voluntad del pueblo en una decisión, o construir una visión de amor u odio de una causa, etc.? Creo que las respuestas no son fáciles. Detectar esa intensión no siempre será fácil, en particular porque la mayoría de los hechos noticiosos no son comprobables para cualquier ciudadano. Sin embargo, he aquí algunas claves: 1) no creer lo que los medios dicen solo porque los medios lo dicen 2) saber si de antemano existe o no, intereses creados por los medios en el hecho noticioso. En el caso de la revista Semana y del periódico El Tiempo, existe una clara relación con la familia Santos, de modo que esto es un elemento de juicio. En el caso de los canales RCN y Caracol, parece evidente que los medios tienen interés en un gobierno de Juan Manuel Santos puesto que este ha renunciado de facto a proponerles a los colombianos un tercer canal. En el caso de los comentaristas de opinión, la mayoría de ellos tienen motivaciones políticas de izquierda y bien sabido es que este tipo de motivaciones políticas son viscerales. 3) comprobar el equilibrio informativo. Por ejemplo, a lo largo de todo el escándalo del Hacker, El Fiscal, el ex presidente Cesar Gaviria, el presidente Santos, entre otros interesados, opinaron y opinaron en los medios, mientras que el involucrado no se le dio mucha oportunidad de controvertir. 4) conocer las estrategias de manipulación que tienen los medios para evitar ser víctimas de estos. Recordemos las estrategias que nos propone Chomsky (aunque creo irónicamente que tampoco son de él) acerca de las estrategias de manipulación de los medios sobre los ciudadanos: la distracción, crear problemas para inducir solución, la gradualidad, diferir, tratar al espectador como infante, hacer emocional los asuntos racionales, mantener niveles de ignorancia sobre el público, crear modas, promover autoculpa, y el uso de mecanismos de control por conocimiento del individuo.          
Finalmente, creo que luego de desenmascarar a los medios en su afán noticioso intencionado, debemos presentar algún tipo de sanción sobre los medios por el intento de manipulación de nuestra voluntad. Una sanción es quitar la suscripción a ese medio, enviar una nota a la dirección, ponerlos en evidencia, etc.
Esa es mi opinión.
 

martes, 27 de mayo de 2014

LATINOAMÉRICA ÚLTIMA EN PRUEBAS PISA, MARCA SU DESTINO A LA FATALIDAD


 

Latinoamérica última en pruebas PISA, marca su destino a la fatalidad
 
Luis Fernando Pinillos Gómez
Lunes 12 de mayo de 2014

Hace poco preguntaba en una de mis clases a mis estudiantes, ¿qué pensaban sobre el último lugar de Colombia en las pruebas PISA referentes a resolver problemas de la vida cotidiana? Una respuesta entre todas ellas me llamó la atención: “con razón tenemos tantos problemas”. El razonamiento me pareció perfecto: si los colombianos somos los últimos en capacidad para resolver problemas de la vida cotidiana, imaginemos como sociedad la capacidad para resolver problemas de la vida nacional.
Pero tristemente, no solo es la realidad de Colombia. Es en general, la realidad de los países latinoamericanos. En las pruebas PISA, los países latinoamericanos ocupan los últimos lugares en competencias, mientras que los países asiáticos están en la punta de esta lista.
Ya sea que exista una conexión o no, lo cierto es que mientras Latinoamérica ocupa los últimos lugares en las prueba PISA, también da un giro a la izquierda, y si esto no llama la atención, los países asiáticos que ocupan los primeros lugares en las pruebas son los mismos que acogen los sistemas democráticos y los modelos capitalistas, incluyendo el caso de China. Mi conclusión es que cualquier sociedad tenderá a buscar modelos de gobiernos en la izquierda siempre que sus ciudadanos pierdan competencias académicas y sociales, o dicho de otra manera, la izquierda es un modelo de incompetentes.
En nuestra realidad tenemos los resultados de las pruebas PISA – entre jóvenes de 15 años – y los problemas que cargamos como sociedad. En Colombia por ejemplo, la guerrilla de izquierda mata, secuestra y extorsiona a la sociedad civil y al país en general, mientras que la justicia y los medios de comunicación politizados de izquierda y de corrupción, persiguen, condenan y someten al escarnio público a quienes combaten la izquierda criminal de la guerrilla. En la confusión, la corrupción –de izquierda o no izquierda– desangra las arcas públicas; y cuando todavía no hemos terminado de hacer conciencia de estas cosas, los tribunales internacionales cargados a la izquierda desgarran el territorio nacional, las instituciones democráticas y las finanzas públicas con sentencias políticas y no en derecho. Esto nos está llevando a la fatalidad.  
En Venezuela, otra triste realidad se ciñe sobre la sociedad. Falta de alimentos, falta de libertades civiles, veto a la libertad de prensa, persecución y presos políticos, violencia galopante por todo el territorio nacional, los niveles de corrupción más elevados del mundo, alta inflación, etc. Otro país condenado a la fatalidad. Ni siquiera vale la pena mencionar a Cuba quien ya está en la fatalidad desde hace varias décadas. Argentina y Brasil camino también al despeñadero en lo económico y en lo social. Así podríamos continuar con el resto de países latinoamericanos, donde pasamos de ser el continente de la esperanza a ser el continente de los incapaces. Porque si como personas somos incapaces de resolver los problemas más elementales de la vida cotidiana, como sociedad somos también incapaces de resolver los problemas de la vida nacional.
La evidencia más notable de la fatalidad que se nos ve venir está en el giro a la izquierda de todas nuestras democracias, contrario a lo que acontece en el lejano oriente. Un sistema de probado fracaso económico y político que ahora se impone en América Latina precisamente donde más duele: en las urnas. Si la izquierda se va a imponer en las urnas, nadie podrá quejarse después de su suerte: la que traza el Foro de San Pablo, el Socialismo del Siglo XXI, los países del Alba, el Castro – Chavismo, el Peronismo, la izquierda de Allende, los terroristas sandinistas, los terroristas del Tupamaro, los de Sendero Luminoso, y los peores de todos, la guerrilla colombiana de las FARC y del ELN. En el mundo, los antiguos comunistas rusos y chinos resurgen en la escena mundial, igual de desalmados que los izquierdistas de estas latitudes, pero mucho más inteligentes para darse cuenta que nuestra debacle iniciada en procesos democráticos terminarán en la esclavitud de estos pueblos a sus intereses geopolíticos. Triste destino el que le espera a Latinoamérica: la fatalidad.
Aún es tiempo de reaccionar. En Venezuela una heroica oposición trata de hacer conciencia. En Colombia, El Uribismo y los Conservadores aún conservan dignidad moral y patrimonio político frente a la arremetida izquierdista de difamación y persecución judicial. Chile y Uruguay oscilan, Paraguay y Honduras ya se sacudieron pero no se pueden confiar, Costa Rica, Panamá  y Perú ya cayeron pero aún es tiempo, México hace esfuerzos por sacudirse, Argentina y Brasil tratan de reaccionar también… Aún hay esperanzas. Nuestras sociedades están llenas de personas brillantes que la izquierda de los medios, de la clase política, del sistema judicial y del terrorismo tratan de borrar, pero nuestra mejor resistencia es ser “inteligentes” y no caer ante sus engaños, cortinas de humo, etc. Resistir es la consigna mientras una nueva generación se educa.
            
Por lo menos, así lo veo.

martes, 13 de mayo de 2014

PORQUE NO SOY DE IZQUIERDA


PORQUE NO SOY DE IZQUIERDA

 
Luis Fernando Pinillos Gómez
Viernes 9 de mayo de 2014

 Recuerdo aquellas épocas de mi vida de estudiante en la Universidad del Valle, cuando las amenazas de muerte se ceñían sobre mi por parte de la izquierda expresada en  los llamados encapuchados… Eran días difíciles para adelantar mis estudios, siempre bajo en temor que mi forma de pensar, contraria a la de estos bandidos, pudiera causarme algún daño en mi integridad. Y al recordar aquellas épocas, en las que me sentía solo en mis convicciones, me vino a la mente la conversación con uno de estos estudiantes de tono contestatario, de quién poco se realmente, que me increpó con una pregunta en medio de una reunión donde todos los estudiantes allí presentes, excepto yo, apoyaban a los bandidos encapuchados. Me preguntaba el estudiante: si Usted ha leído y estudiado a Marx, porqué no es de izquierda. En esa ocasión, no respondí. Tuve que salir del lugar antes que estos fanáticos de izquierda me lincharan. Sabía que mi respuesta incitaría su ira irracional. Hoy, quiero responderle a este rabioso Marxista, esperando quizás que la serenidad de los años le haya menguado su tono violento.
Hay tres valores capitales en mi estructura de pensamiento que me impiden y me salvan de caer en el adoctrinamiento político conocido como Izquierda, y convertirme en un seguidor o simpatizante de estas causas. Creo también, que en aquellas personas donde al menos uno de estos tres valores capitales falte o esté débil, existe la posibilidad de encontrar un potencial seguidor de la izquierda.
El primero de estos valores capitales es que soy una persona inteligente, y con ello quiero expresar ante todo, que soy lo suficientemente inteligente para reconocer en los discursos políticos aquellas cosas que son verdad, y aquellas cosas que son mentiras. La izquierda maneja un discurso tendencioso a la búsqueda de incautos que crean sus mentiras. La primera de ellas es la de abocarse como si fueran los únicos, la defensa de los menos favorecidos económicamente. La segunda, y en este mismo sentido, está el atribuirle a todas aquellas líneas de pensamiento lejanas a la izquierda, la maldad que en el fondo, es propia de ellas. Son como los ladrones que le gritan a la víctima “ladrón, ladrón” no solo para esconder su propio delito, sino también para atribuirle el delito a su propia víctima. Si no fuera inteligente, me comería enterito el discurso de “Las venas abiertas de América Latina” o “La izquierda necesaria”, y en general, toda una cantidad de literatura barata tendenciosa a la formación de militantes disciplinadamente adoctrinados en la izquierda por vía del fanatismo político.
El segundo de mis valores capitales, es que soy una persona consciente de lo bueno y lo malo, y busco desde mi concepción del mundo, lo bueno. Ser inteligente no es suficiente, porque muchos lo son y sin embargo caen ingenuamente en esta doctrina maligna. El problema, es que muchos no la reconocen la maldad velada de esta doctrina de pensamiento, otros quizás si la reconozcan, pero una cierta inclinación al mal los hace igualmente afiliarse a ella. La izquierda no solo es un sartal de mentiras repetidas miles de veces para que parezca verdad, según lo expresara Lenin. Es mucho más que eso, porque el comunismo esconde una visión atea que le quita al hombre no solo el reconocimiento de cualquier dignidad que le proporcione una vida espiritual, sino que también lo convoca al ejercicio de la violencia y la rebeldía contra el estado y el orden social. Allí están como testimonio escrito, el “segundo manifiesto comunista” de Marx y Engels, uno de los documentos de naturaleza política más influyente de la humanidad. Con el se justifican el nacimiento de las guerrillas y con ellas, los asesinatos, los secuestros, las extorciones y todo tipo de conductas criminales. Y si acaso están en la cúspide del poder político, los líderes de izquierda, lejos de los valores democráticos, son dictadores tiranos del propio pueblo que gobiernan, cuando no menos, de la humanidad entera. Es cierto que no todos los que simpatizan con  la izquierda aprueban estas conductas, pero su apoyo al mismo proyecto político contribuye a alimentar esta terrible realidad. En conclusión, ser de izquierda es, quiéralo o no, simpatizar con un cuerpo de ideas criminales mimetizadas en nobles propósitos, y con frecuencia, ni siquiera eso.
Finalmente, el tercero de mis valores capitales es el conocimiento de la historia. La extrema maldad de los grandes líderes de izquierda han provocado la muerte deliberada de millones de seres humanos, la esclavitud de otros muchos millones, y la pobreza, la miseria y el hambre de muchos millones de seres humanos más. Ni siquiera vale la pena mencionar el terrible daño ambiental, la caída de la moral y las pérdidas del patrimonio histórico de la humanidad. El libro titulado “El libro negro del comunismo” esboza parte de esta realidad y denuncia a la izquierda como la genocida de más de 100.000.000 de muertes de seres humanos. A lo largo de la historia de la izquierda, no se observa ni un solo caso exitoso de bienestar para un pueblo gobernado con estos líderes tiranos siguiendo estos proyectos políticos. Es paradójico que a pesar del revés histórico, las personas de izquierda sigan defendiendo tal sistema, cuando Marx establecía que el fracaso histórico de un proyecto político era causa suficiente para que este proyecto se abandonara. Habiendo probado tan rotunda y estrepitosamente el fracaso como proyecto histórico del ser humano y sus sociedades, los mismos que defienden la izquierda deberían abandonar de facto su propio proyecto político. Pero no. Esto solo es válido como doctrina política si se aplica a otros pensamientos políticos diferentes a la izquierda. He aquí la hipocresía de la izquierda. Porque, si para la izquierda es posible engañar a los ciudadanos ingenuos, porque no acoger también a una hermana de la mentira como es la hipocresía. De mi parte, yo entiendo la historia perfectamente y por ello entiendo que el lastre criminal que carga la izquierda es tan grande, que reconocerme como miembro de los suyos es vergonzoso y una carga moral imposible de llevar.
Es por estos tres valores capitales que no afilio a la izquierda. Porque soy inteligente y no me trago entero el sartal de mentiras que se esconden en la lucha de clases, en el materialismo dialéctico, en el compromiso histórico, en el socialismo económico, etc. Porque soy una persona que se inclina a unos valores morales que entran en conflicto con esta estructura de pensamiento político, y porque conozco la historia y no quiero cargar sobre mi conciencia más de 200.000.000 de muertos (los 100.000.000 que reconoce la izquierda con documentos incontrovertibles en el libro “el libro negro del comunismo”, y otros tantos que aún no se reconocen oficialmente), y muchos más millones de tragedias humanas dejadas por esta doctrina del pensamiento político.
Por lo menos, así lo veo.