miércoles, 28 de mayo de 2014

LEYENDO LAS NOTICIAS


Leyendo las noticias

 Luis Fernando Pinillos Gómez
Miércoles 14 de mayo de 2014
 
Uno de los grandes cuestionamientos que me surgen al momento de formar una opinión sobre algún aspecto de la realidad mundial, es ¿Cuál es la validez de las fuentes de información? Generalmente, los medios de comunicación se presumen fuentes válidas por cuanto se les infiere cero subjetividad. Por un lado, el informar unos hechos no tiene connotación de subjetividad, y por otro, el no escuchar opiniones personales reafirma este compromiso ético del periodismo.
Sin embargo, lo anterior esconde varias falacias. La realidad que se nos muestra en una noticia es más que la realidad contada, porque la realidad no contada puede ser más relevante, o simplemente, porque la realidad contada de cierta forma induce una orientación del pensamiento. En otras ocasiones, ni siquiera se alude a hechos reales para establecer estas “verdades noticiosas” lo cual hace más cuestionable la labor del periodismo, claro está, si alguien lo descubre.
Mi primera advertencia de esta situación de los medios de comunicación es la que deviene de los medios de comunicación internacional cuando tienen que cubrir una noticia en relación con Israel. La mayoría de estos medios vinculados a causas judeofóbicas, no se guardan reserva en engañar a la opinión pública mundial. Este derroche descarado de hipocresía busca mostrar al estado de Israel como una nación que busca el exterminio de los palestinos. Se trata de los mismos medios de comunicación que promueven la negación del holocausto, y que le dan vitrina a todo lo que represente una causa contra la religión judía, el pueblo hebreo o el estado de Israel.
En esta oportunidad sin embargo, me centraré en el caso de Colombia. Para este ejercicio, tomaré como ejemplo el caso del supuesto hacker de la campaña del candidato a la presidencia Oscar Iván Zuluaga y lo relacionado con el caso de JJ Rendón y los 12 millones de dólares de los Comba.
En la cronología de los hechos está que el escándalo de la campaña Santos inicio primero con las revelaciones del periodista Daniel Coronel, persona completamente alejada de la campaña de Oscar Iván Zuluaga, por razones ideológicas que todos conocen. Se denunció en el artículo de Coronel que 12 millones de dólares fueron entregados por narcotraficantes a los asesores y amigos personales del presidente Santos para efectos de una entrega a las autoridades, cosa que finalmente no se hizo. El escándalo continuó cuando los asesores se acusaron mutuamente de apropiarse el dinero de los narcos, y entre tanto, los medios registraban medio atónitos el espectáculo con algunas voces tímidas desde la campaña de Zuluaga que pedían que el presidente Santos explicara a la opinión pública lo que estaba pasando. Pero lo cierto es que esto no trascendió. El gran escándalo estaba por darse y esta vez por la acción del Fiscal General de la Nación. Se informó que la Fiscalía había realizado un operativo, que había capturado un hacker, que tenía en su poder los equipos usados por el hacker, que tenían las pruebas de como el hacker había chuzado los correos electrónicos de los negociadores de la Habana por parte de las Farc, de dos periodistas cubanos y hasta del presidente Santos. Se señaló que el hacker era un experto con alta formación en informática, y que la información que capturaba ilegalmente con sus labores de espionaje era vendida al mejor postor en el mercado negro. Se sindicó públicamente al hacker de estar obstruyendo las negociaciones de la Habana porque trabajaba del lado de los enemigos de la paz, pero lo que más señaló el Fiscal fue que dicho hacker trabajaba en la campaña del candidato Oscar Iván Zuluaga.
Y dicho esto, el escándalo de los 12 millones de dólares pasó a segundo plano. Los pocos que se referían a esto simplemente señalaban que eso era publicidad negra de la campaña de Oscar Iván Zuluaga. Tan poco pareció importar el asunto de los 12 millones de dólares a los medios, que prácticamente nadie notó como los dos asesores del presidente pasaron de acusarse mutuamente a presentarse ante los medios como dos grandes amigos que se habían hecho víctimas de la campaña de Zuluaga. La noticia se centró en las explicaciones que pudiera dar el candidato del Centro Democrático acerca de su relación con el Hacker y con la información supuestamente filtrada para dañar el proceso de paz. Inició uno de los espectáculos de bullying mediático vistos por los colombianos por cuenta de los noticieros de televisión, las cadenas radiales, los columnistas de opinión, y la prensa escrita. Con tanta presión de los periodistas afectos a Santos, el candidato Zuluaga comete imprecisiones al decir que el hacker trabaja para ellos en asuntos de redes sociales y seguridad informática, pero que no lo conocían cuando lo cierto era que sí, y luego, por presión de los periodistas de la W, el expresidente Álvaro Uribe expone situaciones de los 12 millones de dólares que rápidamente los medios tergiversaron para presentar a Uribe como mentiroso. Entre tanto, el Fiscal general de la nación daba más leña al fuego y aparece el video del hacker hablando con Zuluaga.
Al ver el video, este parece resultar concluyente. El candidato Zuluaga si se reunió con el supuesto hacker y recibió de él información de inteligencia militar que se entiende reservada. El video divulgado por la revista Semana, expresa todo el tiempo que está en formato original, y hace la transcripción de la conversación en la reunión, mientras que pone al frente del video el logo de “Semana” en transparencia. El bullying es tan grande, que la campaña de Zuluaga baja la guardia y entra en un proceso de casi derrota. Unas pocas voces desesperadas gritaban que el video era un montaje y que la campaña de Zuluaga había sido infiltrada, cosa que por demás ameritaba un escándalo mayor, pero las palabras de estos pobres hombres se perdía en medio del bullying mediático.  
Finalmente llegaron las elecciones y comenzaron a llegar los informes de autenticidad del video de Semana. Oh sorpresa! El video era todo un montaje. Oh fortuna! La campaña de Oscar Iván Zuluaga si había sido infiltrada. Oh suerte! El Fiscal y los medios tendrían que comerse toda la guerra sucia y seguro esto tendría algún rédito electoral. Pero no. La voz del Fiscal se anticipó lo suficiente para negar la autenticidad de los informes por lo menos hasta que transcurrieran las elecciones, y los medios ignorarían la voz del candidato Zuluaga. Incluso, hasta el comercial explicando con pruebas técnicas que el video fue un montaje, también se lo sacaron del aire.
Ya han pasado dos días desde las elecciones, y Zuluaga sacó el 30% de la votación. Los resultados lo dieron como el ganador. La cantidad de estudios acerca del video muestran que el video fue un montaje, que la campaña de Zuluaga ciertamente fue infiltrada, y si se examina con detalle, ni siquiera los cargos y las pruebas que se advierten tener en contra del hacker resultan ser serias, pero ahora no hay rectificación. Los medios ahora decidieron ignorar estas cosas, aplicarle la campana neumática.
En esta situación la pregunta es ¿cómo leemos las noticias? ¿Cómo podríamos saber si la noticia es real o no lo es? ¿Cómo podemos saber si detrás de la noticia se tiene otras intenciones como el torcer la voluntad del pueblo en una decisión, o construir una visión de amor u odio de una causa, etc.? Creo que las respuestas no son fáciles. Detectar esa intensión no siempre será fácil, en particular porque la mayoría de los hechos noticiosos no son comprobables para cualquier ciudadano. Sin embargo, he aquí algunas claves: 1) no creer lo que los medios dicen solo porque los medios lo dicen 2) saber si de antemano existe o no, intereses creados por los medios en el hecho noticioso. En el caso de la revista Semana y del periódico El Tiempo, existe una clara relación con la familia Santos, de modo que esto es un elemento de juicio. En el caso de los canales RCN y Caracol, parece evidente que los medios tienen interés en un gobierno de Juan Manuel Santos puesto que este ha renunciado de facto a proponerles a los colombianos un tercer canal. En el caso de los comentaristas de opinión, la mayoría de ellos tienen motivaciones políticas de izquierda y bien sabido es que este tipo de motivaciones políticas son viscerales. 3) comprobar el equilibrio informativo. Por ejemplo, a lo largo de todo el escándalo del Hacker, El Fiscal, el ex presidente Cesar Gaviria, el presidente Santos, entre otros interesados, opinaron y opinaron en los medios, mientras que el involucrado no se le dio mucha oportunidad de controvertir. 4) conocer las estrategias de manipulación que tienen los medios para evitar ser víctimas de estos. Recordemos las estrategias que nos propone Chomsky (aunque creo irónicamente que tampoco son de él) acerca de las estrategias de manipulación de los medios sobre los ciudadanos: la distracción, crear problemas para inducir solución, la gradualidad, diferir, tratar al espectador como infante, hacer emocional los asuntos racionales, mantener niveles de ignorancia sobre el público, crear modas, promover autoculpa, y el uso de mecanismos de control por conocimiento del individuo.          
Finalmente, creo que luego de desenmascarar a los medios en su afán noticioso intencionado, debemos presentar algún tipo de sanción sobre los medios por el intento de manipulación de nuestra voluntad. Una sanción es quitar la suscripción a ese medio, enviar una nota a la dirección, ponerlos en evidencia, etc.
Esa es mi opinión.
 

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