Leyendo las noticias
Miércoles 14 de mayo de 2014
Uno de los grandes
cuestionamientos que me surgen al momento de formar una opinión sobre algún
aspecto de la realidad mundial, es ¿Cuál es la validez de las fuentes de información?
Generalmente, los medios de comunicación se presumen fuentes válidas por cuanto
se les infiere cero subjetividad. Por un lado, el informar unos hechos no tiene
connotación de subjetividad, y por otro, el no escuchar opiniones personales
reafirma este compromiso ético del periodismo.
Sin embargo, lo anterior esconde varias
falacias. La realidad que se nos muestra en una noticia es más que la realidad
contada, porque la realidad no contada puede ser más relevante, o simplemente,
porque la realidad contada de cierta forma induce una orientación del
pensamiento. En otras ocasiones, ni siquiera se alude a hechos reales para
establecer estas “verdades noticiosas” lo cual hace más cuestionable la labor
del periodismo, claro está, si alguien lo descubre.
Mi primera advertencia de esta
situación de los medios de comunicación es la que deviene de los medios de
comunicación internacional cuando tienen que cubrir una noticia en relación con
Israel. La mayoría de estos medios vinculados a causas judeofóbicas, no se
guardan reserva en engañar a la opinión pública mundial. Este derroche
descarado de hipocresía busca mostrar al estado de Israel como una nación que
busca el exterminio de los palestinos. Se trata de los mismos medios de
comunicación que promueven la negación del holocausto, y que le dan vitrina a
todo lo que represente una causa contra la religión judía, el pueblo hebreo o
el estado de Israel.
En esta oportunidad sin embargo,
me centraré en el caso de Colombia. Para este ejercicio, tomaré como ejemplo el
caso del supuesto hacker de la campaña del candidato a la presidencia Oscar
Iván Zuluaga y lo relacionado con el caso de JJ Rendón y los 12 millones de
dólares de los Comba.
En la cronología de los hechos
está que el escándalo de la campaña Santos inicio primero con las revelaciones
del periodista Daniel Coronel, persona completamente alejada de la campaña de Oscar
Iván Zuluaga, por razones ideológicas que todos conocen. Se denunció en el
artículo de Coronel que 12 millones de dólares fueron entregados por
narcotraficantes a los asesores y amigos personales del presidente Santos para
efectos de una entrega a las autoridades, cosa que finalmente no se hizo. El
escándalo continuó cuando los asesores se acusaron mutuamente de apropiarse el
dinero de los narcos, y entre tanto, los medios registraban medio atónitos el
espectáculo con algunas voces tímidas desde la campaña de Zuluaga que pedían
que el presidente Santos explicara a la opinión pública lo que estaba pasando.
Pero lo cierto es que esto no trascendió. El gran escándalo estaba por darse y
esta vez por la acción del Fiscal General de la Nación. Se informó que la
Fiscalía había realizado un operativo, que había capturado un hacker, que tenía
en su poder los equipos usados por el hacker, que tenían las pruebas de como el
hacker había chuzado los correos electrónicos de los negociadores de la Habana
por parte de las Farc, de dos periodistas cubanos y hasta del presidente Santos.
Se señaló que el hacker era un experto con alta formación en informática, y que
la información que capturaba ilegalmente con sus labores de espionaje era vendida
al mejor postor en el mercado negro. Se sindicó públicamente al hacker de estar
obstruyendo las negociaciones de la Habana porque trabajaba del lado de los
enemigos de la paz, pero lo que más señaló el Fiscal fue que dicho hacker
trabajaba en la campaña del candidato Oscar Iván Zuluaga.
Y dicho esto, el escándalo de los
12 millones de dólares pasó a segundo plano. Los pocos que se referían a esto
simplemente señalaban que eso era publicidad negra de la campaña de Oscar Iván
Zuluaga. Tan poco pareció importar el asunto de los 12 millones de dólares a
los medios, que prácticamente nadie notó como los dos asesores del presidente
pasaron de acusarse mutuamente a presentarse ante los medios como dos grandes
amigos que se habían hecho víctimas de la campaña de Zuluaga. La noticia se
centró en las explicaciones que pudiera dar el candidato del Centro Democrático
acerca de su relación con el Hacker y con la información supuestamente filtrada
para dañar el proceso de paz. Inició uno de los espectáculos de bullying mediático
vistos por los colombianos por cuenta de los noticieros de televisión, las
cadenas radiales, los columnistas de opinión, y la prensa escrita. Con tanta
presión de los periodistas afectos a Santos, el candidato Zuluaga comete
imprecisiones al decir que el hacker trabaja para ellos en asuntos de redes
sociales y seguridad informática, pero que no lo conocían cuando lo cierto era
que sí, y luego, por presión de los periodistas de la W, el expresidente Álvaro
Uribe expone situaciones de los 12 millones de dólares que rápidamente los
medios tergiversaron para presentar a Uribe como mentiroso. Entre tanto, el
Fiscal general de la nación daba más leña al fuego y aparece el video del
hacker hablando con Zuluaga.
Al ver el video, este parece
resultar concluyente. El candidato Zuluaga si se reunió con el supuesto hacker
y recibió de él información de inteligencia militar que se entiende reservada.
El video divulgado por la revista Semana, expresa todo el tiempo que está en
formato original, y hace la transcripción de la conversación en la reunión,
mientras que pone al frente del video el logo de “Semana” en transparencia. El bullying
es tan grande, que la campaña de Zuluaga baja la guardia y entra en un proceso
de casi derrota. Unas pocas voces desesperadas gritaban que el video era un
montaje y que la campaña de Zuluaga había sido infiltrada, cosa que por demás
ameritaba un escándalo mayor, pero las palabras de estos pobres hombres se
perdía en medio del bullying mediático.
Finalmente llegaron las
elecciones y comenzaron a llegar los informes de autenticidad del video de
Semana. Oh sorpresa! El video era todo un montaje. Oh fortuna! La campaña de
Oscar Iván Zuluaga si había sido infiltrada. Oh suerte! El Fiscal y los medios
tendrían que comerse toda la guerra sucia y seguro esto tendría algún rédito
electoral. Pero no. La voz del Fiscal se anticipó lo suficiente para negar la
autenticidad de los informes por lo menos hasta que transcurrieran las
elecciones, y los medios ignorarían la voz del candidato Zuluaga. Incluso,
hasta el comercial explicando con pruebas técnicas que el video fue un montaje,
también se lo sacaron del aire.
Ya han pasado dos días desde las
elecciones, y Zuluaga sacó el 30% de la votación. Los resultados lo dieron como
el ganador. La cantidad de estudios acerca del video muestran que el video fue un
montaje, que la campaña de Zuluaga ciertamente fue infiltrada, y si se examina
con detalle, ni siquiera los cargos y las pruebas que se advierten tener en
contra del hacker resultan ser serias, pero ahora no hay rectificación. Los
medios ahora decidieron ignorar estas cosas, aplicarle la campana neumática.
En esta situación la pregunta es ¿cómo
leemos las noticias? ¿Cómo podríamos saber si la noticia es real o no lo es? ¿Cómo
podemos saber si detrás de la noticia se tiene otras intenciones como el torcer
la voluntad del pueblo en una decisión, o construir una visión de amor u odio
de una causa, etc.? Creo que las respuestas no son fáciles. Detectar esa intensión
no siempre será fácil, en particular porque la mayoría de los hechos noticiosos
no son comprobables para cualquier ciudadano. Sin embargo, he aquí algunas
claves: 1) no creer lo que los medios dicen solo porque los medios lo dicen 2) saber
si de antemano existe o no, intereses creados por los medios en el hecho
noticioso. En el caso de la revista Semana y del periódico El Tiempo, existe
una clara relación con la familia Santos, de modo que esto es un elemento de
juicio. En el caso de los canales RCN y Caracol, parece evidente que los medios
tienen interés en un gobierno de Juan Manuel Santos puesto que este ha
renunciado de facto a proponerles a los colombianos un tercer canal. En el caso
de los comentaristas de opinión, la mayoría de ellos tienen motivaciones políticas
de izquierda y bien sabido es que este tipo de motivaciones políticas son viscerales.
3) comprobar el equilibrio informativo. Por ejemplo, a lo largo de todo el escándalo
del Hacker, El Fiscal, el ex presidente Cesar Gaviria, el presidente Santos, entre
otros interesados, opinaron y opinaron en los medios, mientras que el
involucrado no se le dio mucha oportunidad de controvertir. 4) conocer las
estrategias de manipulación que tienen los medios para evitar ser víctimas de
estos. Recordemos las estrategias que nos propone Chomsky (aunque creo irónicamente
que tampoco son de él) acerca de las estrategias de manipulación de los medios sobre
los ciudadanos: la distracción, crear problemas para inducir solución, la
gradualidad, diferir, tratar al espectador como infante, hacer emocional los
asuntos racionales, mantener niveles de ignorancia sobre el público, crear
modas, promover autoculpa, y el uso de mecanismos de control por conocimiento
del individuo.
Finalmente, creo que luego de
desenmascarar a los medios en su afán noticioso intencionado, debemos presentar
algún tipo de sanción sobre los medios por el intento de manipulación de
nuestra voluntad. Una sanción es quitar la suscripción a ese medio, enviar una
nota a la dirección, ponerlos en evidencia, etc.
Esa es mi opinión.
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